En los últimos años se ha hecho viral en las redes sociales videos de “sonrisa negra”, en los cuales que se utiliza el carbón activado como una forma de limpieza de los dientes.
Ya sea en polvo, cápsulas o incluso en presentaciones propias de productos de higiene bucal, el carbón activado se ha convertido en una peligrosa moda de cuidado bucal en los últimos años, basada en la creencia de que blanquea los dientes y controla el pH.
La realidad es que al carbón activado se le atribuyen algunos beneficios, pero debe utilizarse siempre bajo prescripción médica. Además, cualquier técnica y tratamiento con carbón activado deben aplicarse sólo por personal especializado, ya que es necesario extremar las precauciones al utilizarlo en contacto con el organismo.
¿Es bueno para los dientes?
Si bien es cierto que el carbón activado logra que los dientes se perciban más blancos tras aplicarlo sobre la dentadura, en realidad se trata de un efecto superficial, que no consigue una limpieza en profundidad ni responde a las expectativas que se pueden generar.
El carbón activado actúa sobre los dientes simplemente quitando las manchas superficiales de la dentadura, pero sin afectar a las manchas más profundas ni eliminar las bacterias.
Pero además de no lograr una limpieza efectiva (como la que lograría por ejemplo con el uso regular de pasta de dientes) el carbón activado puede provocar deterioro de los dientes y ocasionar problemas de sensibilidad dental.
Según la OCU (Organización de los Consumidores y Usuarios) todos los tipos de productos hechos de carbón y encaminados a la higiene bucal, resultan ser muy abrasivos para el organismo, causando estreñimiento y deterioro de los dientes a largo plazo.
A pesar de estas recomendaciones, algunas empresas ya han comenzado a fabricar y promocionar toda una gama de productos con carbón activado orientados específicamente a la higiene bucal, asegurando que equilibran el pH y eliminan las caries.
Como consumidor debes tener en cuenta que con este tipo de productos los resultados son limitados y su uso sólo es seguro a corto plazo. Un uso prolongado puede provocar daños irreversibles en tus dientes y en general puede afectar negativamente en tu estado de salud.
¿Por qué no es recomendable usar carbón activado para limpiarse los dientes?
El carbón activo forma parte de la familia de los absorbentes denominados cristalinos, y entre sus características se encuentra la capacidad de retener las toxinas del organismo, contribuyendo así a la desintoxicación del mismo.
Esto se debe a que en el momento en que se ingiere el carbón, este funciona como una esponja que retiene las sustancias tóxicas, que luego se desecharán del organismo. Sin embargo, todavía no está comprobado científicamente que el uso del carbón activado sea positivo para la salud, y de hecho se le atribuyen más efectos negativos que positivos.
Cuando se utiliza el carbón activado como limpieza dental, este absorbe las toxinas del agua, por lo que ya de partida puede provocar problemas del deshidratación, además de generar desgaste en el esmalte de los dientes, recesión de las encías y sensibilidad dental.
Su uso prolongado puede llegar a desarrollar estreñimiento crónico y problemas graves de deshidratación.
¿Usarlo o no?
Con el uso de carbón activo es posible llegar a suavizar e incluso eliminar las manchas más evidentes de los dientes, pero no de una forma segura y controlada. En resumen podríamos decir que las posibles ventajas que puede tener no compensa las desventajas.
En cualquier caso, si el objetivo es eliminar marchas de los dientes y conseguir una dentadura más blanca, lo mejor es dejarse aconsejar por un especialista, que te recomendará el tratamiento de blanqueamiento dental más adecuado para tus necesidades concretas. Así tendrás además la tranquilidad de estar utilizando productos 100% seguros y mucho más efectivos.