¿Porqué es importante cuidar las encías?

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Para que los dientes estén fuertes y sanos, es necesario cuidar adecuadamente la salud buco-dental en su conjunto, y eso implica mantener limpios y libres de bacterias no solo la dentadura, si no también la lengua, las paredes de la boca y las encías.

El cuidado de las encías es especialmente importante, ya que son la base sobre la que se asientan los dientes. Unas encías sanas harán que los dientes estén más firmes y protegidos ante ataques externos de bacterias. Por el contrario, unas encías dañadas dejarán a las piezas dentales más débiles y desprotegidas ante la acción de la placa bacteriana. Además afecciones como la sensibilidad dental se ven agravadas cuando las encías están en mal estado.

Por tanto, es fundamental dentro de los hábitos de higiene bucal, prestar la atención necesaria al cuidado de las encías y estar atentos antes cualquier sangrado o muestra de deterioro. En caso de notar dolor, inflamaciones frecuentes o más sangrado del habitual, es importante informar al dentista para poder detectar y tratar a tiempo cualquier enfermedad de las encías antes de que sus efectos sean irreversibles para la salud de las propias encías y a la larga para la salud de los dientes.

¿Cómo podemos cuidar las encías?

Al igual que los dientes, las encías también necesitan un cuidado constante y adecuado para estar sanas. Sin embargo, en la gran mayoría de casos no es necesario tomar medidas específicas, y basta con seguir las recomendaciones habituales de los odontólogos sobre higiene bucodental:

Cepillado.

Cepillarse los dientes 3 veces al día después de cada comida principal, invirtiendo aproximadamente 2 minutos y siguiendo la técnica de cepillado que nos indica el dentista. Conviene seleccionar un cepillo con cerdas no demasiado duras para no dañar las encías. Y no olvides que se recomienda desechar el cepillo cada 3 meses para evitar que se acumulen bacterias.

Hilo dental.

Utilizar hilo dental para eliminar los restos de comida que se quedan incrustados entre los dientes, aplicándolo con cuidado de no llegar a las encías.

Enjuague bucal.

Por último utilizar un enjuague bucal no muy agresivo para ayudar a eliminar las bacterias que aún resisten en la lengua, las paredes de la boca y las encías. En caso de que tengamos algún problema en las encías puedes consultar a tu dentista para que te recomiende el producto más adecuado para tu caso.

Alimentación equilibrada.

Prestar atención a la alimentación, siguiendo una dieta equilibrada y evitando especialmente productos con demasiado azúcar. Los alimentos demasiado calientes o demasiado ácidos pueden dañar las encías, y otros como las patatas fritas demasiado crujientes pueden llegar a producir pequeños cortes en las mismas. En general si detectas molestias o irritación en las encías después de consumir determinados alimentos, procura evitarlos.

Revisiones periódicas

Acude periódicamente a tu dentista para realizar revisiones. Lo ideal sería revisar tu boca cada 6 meses, o al menos cada 12 meses. Muchas afecciones graves a largo plazo apenas causan pequeñas molestias al principio. Detectarlas y tratarlas a tiempo es fundamental para evitar daños problemas que pueden ser muy dolorosos y causar daños irreversibles en las encías o en las piezas dentales.

Si sigues estas recomendaciones, estarán cuidando adecuadamente toda tu boca, y tanto la dentadura como las encías estarán sanas durante más tiempo.

¿Cómo saber que están dañadas?

Las encías son especialmente sensibles, y cualquier pequeña afección produce casi inmediatamente molestias. La ventaja es que gracias a esta característica es más sencillo y rápido detectar cuándo están dañadas.

Cuando una encía está sana suele presentar un color rosado con tonalidades rojizas. En cambio, cuando las encías están descuidadas se caracterizan por tener un color opaco morado que indica inflamación.

Además de color, hay otros factores fácilmente detectables que nos ayudan a detectar que hay algún problema en las encías:

  • Sangrado frecuente durante el cepillado.
  • Mal aliento.
  • Hipersensibilidad al frío.

Si detectas alguna de estas señales de alarma en tus encías, acude a tu odontólogo para que pueda revisarlas y aconsejarte las medidas a tomar para preservar la salud de las encías.