La importancia de masticar bien la comida

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El acelerado ritmo de la vida actual ha vuelto el comer un simple trámite que muchas veces se realiza apresuradamente, pasando por alto la importancia de mariscar bien los alimentos. La masticación es un proceso vital para conseguir una buena digestión, y esta es la razón por la que los especialistas recomiendan tomarse el tiempo prudencial para hacerlo. A continuación te explicamos los principales problemas derivados de masticar mal la comida.

¿Cuál es la importancia de masticar correctamente los alimentos?

En líneas generales, masticar bien supone la adecuada fragmentación de los alimentos, dándole tiempo a la saliva de segregar ptialina, enzima responsable de la descomposición de los carbohidratos. De ello se entiende, que la mala masticación de los alimentos supone que estos sigan su camino por el resto del aparato digestivo sin dicha enzima, obligando al organismo a duplicar esfuerzos para desechar lo que no necesita.

Masticar bien = correcta fragmentación del alimento

Cuando se mastica bien, los alimentos pueden deglutirse adecuadamente, mezclándose con los jugos salivares para iniciar el proceso de digestión. De hecho, estudios demuestran que quienes mastican más de 40 veces, absorben mejor los nutrientes. Pero eso no es todo, también se promueve la sensación de saciedad, disminuyendo el apetito y la ingesta global.

¿Qué problemas suscita el no masticar bien los alimentos?

A grandes rasgos, la mala masticación implica la incorrecta segregación de enzimas, lo que conduce a que ciertos órganos involucrados en la digestión, se vean en la necesidad de aumentar su trabajo a fin de poder descomponer algunas sustancias.

Por otra parte, la deficiencia en la descomposición de los alimentos compromete la capacidad del organismo para separar correctamente los nutrientes beneficiosos respecto de las toxinas, lo que a su vez, conduce a problemas de desnutrición, o en el peor de los escenarios, intoxicaciones y otros problemas como:

  • Ralentización metabólica: al no masticar bien, se dificulta la función de los órganos encargados de metabolizarlos, haciendo que las digestiones se tornen más lentas y pesadas.
  • Problemas digestivos: gases, pesadez y estreñimiento, son algunas de las condiciones digestivas que resultan de la mala descomposición y lubricación cuando no se mastican bien los alimentos.
  • Sobrepeso: la ralentización del metabolismo conduce a la disminución del gasto calórico, por consecuencia, la acumulación de desechos; asimismo, la mala masticación priva al cuerpo de experimentar sensación de saciedad, promoviendo la necesidad de comer más.

¿Cuáles son los beneficios de masticar bien?

Masticar bien los alimentos contribuye a una mejor digestión, ya que se le ahorrará tiempo al sistema digestivo y los órganos encargados de filtrar los nutrientes de los desechos que debe eliminar. Pero eso no es todo, de igual manera:

  • Es aliado en la eliminación de toxinas: cuando se mastican bien los alimentos las enzimas salivales cumplen su función de predigestión, consiguiendo que el organismo diferencie las sustancias de desecho, promoviendo su eliminación.
  • Genera placer: pese a ser complejo de percibir, masticar bien influye en la percepción de los sabores, estimulando ciertos órganos y emociones brindando mayor satisfacción.
  • Puede proporcionar sensación de saciedad: tomarse el tiempo adecuado para masticar no solo estimula el cerebro, sino también las papilas gustativas, generando sensación de saciedad.

Consejos para masticar bien los alimentos:

Masticar adecuadamente implica procurar dejar un espacio entre cada alimento, es decir, tomarte el tiempo necesario para su fragmentación; por lo general, se aconsejan entre 20 y 50 repeticiones, todo depende de la dureza, tamaño y tipo de comida que se esté ingiriendo.

Del mismo modo, es crucial comer en un ambiente tranquilo, en el que impere el silencio y preferiblemente libre de elementos distractores que apresuren el proceso. También es importante cortar la comida en trozos pequeños antes de llevarlos a la boca, para reducir el esfuerzo necesario para su fragmentación.