Sensibilidad dental, ¿Herencia o falta de limpieza?

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La sensibilidad dental es una afección muy común, que afecta a un gran número de personas en todo el mundo, y que puede llegar a ser muy molesta. Existen muchos grados de sensibilidad dental, desde los casos más leves en los que se manifiesta como una pequeña molestia al ingerir alimentos muy fríos o muy calientes, hasta los casos más graves en los puede llegar a producir mucho dolor incluso con alimentos tibios o simplemente al respirar aire frío.

¿Qué causa la sensibilidad dental?

Una de las preguntas más comunes a las que se enfrentan los odontólogos, es cuales son las principales causas en el desarrollo de sensibilidad dental.

Como en casi cualquier tema que afecte a nuestra salud, las causas dependen mucho de las circunstancias concretas de cada paciente, y normalmente serán una combinación de varios motivos con distinto grado de incidencia. Sin embargo, sí podemos establecer cuales son las causas más comunes y las que mayor efecto tienen en el desarrollo de esta afección dental.

Herencia genética.

La herencia genética puede generar una mayor predisposición a padecer sensibilidad dental, y ocasionar que el grado de sensibilidad en los dientes sea mayor.

Sin embargo, con un tratamiento correcto, puede reducirse el riesgo de padecer esta afección, o al menos reducir las molestias que ocasiona. En los casos en los que existen antecedentes de sensibilidad dental en otros miembros de la familia, es importante comentarlo con el odontólogo, ya que una detección y tratamiento temprano del problema puede evitar que lleguemos a sufrir sensibilidad dental en el futuro.

Deficiencias en los hábitos de limpieza bucal

Sin duda, una de las principales causas de sensibilidad dental es la falta de higiene, cuidado y limpieza en los dientes.

Lo recomendable es cepillarse los dientes 3 veces al día (después de cada comida), invertir al menos 2 minutos, y realizar los movimientos de limpieza de modo que se elimine la mayor cantidad posible de placa bacteriana y restos de comida.

Cepillarse menos veces, hacerlo durante menos tiempo, o de forma inadecuada, provocará inevitablemente que se acumule plaza entre los dientes, lo cual irá deteriorando el esmalte, generando sarro, dañando las encías… y a la larga aparecerán problemas de salud en la dentadura, entre ellos la sensibilidad dental.

Hábitos alimenticios inadecuados

Los alimentos que se consumen también tienen una gran incidencia para la salud dental.

Para empezar, un aporte de calcio insuficiente puede afectar a la salud de los dientes, especialmente en edades tempranas cuando estos se están formando. Consumir productos ricos en calcio es primordial para que los dientes se formen y se mantengan fuertes y así evitar problemas como la sensibilidad dental en el futuro.

En el lado opuesto, los productos con alto contenido en azúcar y los que son muy ácidos, pueden dañar el esmalte de los dientes y provocar su deterioro. Es por tanto muy importante establecer una dieta equilibrada en la que este tipo de productos se consuman con moderación.

Conclusión.

Existen por tanto distintos factores desencadenantes de los problemas de sensibilidad dental. Aunque la herencia genética puede ser uno de ellos, puede contrarrestarse su incidencia con unos adecuados hábitos alimenticios y de higiene dental.

También es fundamental que nuestra salud dental esté supervisada por un dentista:

  • Para realizar revisiones periódicas que detecten a tiempo problemas de salud dental como la sensibilidad.
  • Para corregir las posibles deficiencias en la higiene dental que deben ser corregidas para evitar problemas.
  • Para tomar medidas preventivas específicas cuando exista un mayor riesgo de llegar a padecer sensibilidad dental.
  • En último caso para aportar las recomendaciones y el tratamiento adecuado para reducir las molestias una vez que aparecen.