La Periodoncia es la rama de la Odontología especializada en el tratamiento de las enfermedades periodontales, es decir, aquellas que afectan al periodonto o encía, que es el tejido encargado de recubrir y proteger la base de los dientes. Las infecciones que dañan este tejido no solo afectan directamente a las encías, si no que indirectamente también pueden causar daños en las piezas dentales.
Por tanto, es importante asistir periódicamente al servicio de periodoncia (sobre todo en caso de notar las encías irritadas o inflamadas), para controlar posibles infecciones y evitar afecciones mayores a medio y largo plazo.
Gingivitis: En qué consiste esta afección y cómo puede ser controlada.
Se denomina gingivitis a la inflamación de las encías. En caso de no ser tratada a tiempo adecuadamente, la gingivitis puede derivar en una periodontitis, una afección del periodonto mucho más grave, que conlleva daños importantes en las encías y pérdida de hueso, pudiendo llegar a dejar sin base ósea a las piezas dentales afectadas .
El comienzo de la gingivitis no es fácil de detectar, ya que los síntomas no son evidentes (no duele, ni produce molestias). De ahí la importancia de realizar revisiones periódicas para detectarla a tiempo. A medida que la enfermedad avanza es cuando se empieza a notar el hinchazón o enrojecimiento de las encías, la sensibilidad de la zona y un constante sangrado. Llegados a este punto debes acudir al servicio de periodoncia lo antes posible, para evitar daños irreversibles en tu dentadura.
En los casos más graves de gingivitis la encía se retrae y la pieza dental comienza a moverse. Estos casos se convierten finalmente en periodontitis.
El tratamiento de la gingivitis depende sobre todo de la fase en la que se encuentre, que debe ser determinada por el servicio de periodoncia. Lo primordial es realizar una limpieza profunda en dientes y encía, curetaje, y complementar con la prescripción de un tratamiento farmacológico que controle la infección.
En casos más extremos es necesario recurrir a la cirugía para realizar una limpieza mucho más profunda de periodonto, y evaluar el estado de las encías y de la base ósea de los dientes. Si los dientes estén dañados, es posible que sea necesario un injerto de hueso o bien colocar una malla para ayudar a la regeneración del tejido e intentar evitar la pérdida de la pieza dental.
Un vez finalizado el tratamiento periodontal, el paciente tratado debe acudir al dentista para que su odontólogo pueda revisarlo y confirmar que la infección fue erradicada totalmente y no causará más daño. El dentista también indicará cual es el tratamiento más adecuado para mejorar o recuperar las pérdidas causadas por esta afección.
Principales causas de la gingivitis y cómo evitarla
La principal causa de gingivitis es una deficiente o escasa higiene bucal. Por tanto, la prevención pasa por mejorar los hábitos de higiene bucal, incorporando el cepillado, el uso de hilo dental y enjuague bucal.
Incluso cuando los hábitos de higiene son correctos, es normal que con el tiempo se vaya acumulando sarro en algunas zonas de la dentadura. Acudir al dentista para realizar una limpieza dental en profundidad una vez al año, es el complemento perfecto para mantener a raya las enfermedades periodontales.
La gingivitis puede presentarse a cualquier edad, aunque es importante prestar especial atención a partir de los 30 años. De hecho, en torno a un tercio de los mayores de 30 años sufren afecciones periodontales con cierta frecuencia. Este tipo de afecciones que no generan grandes molestias al principio y van empeorando con el paso del tiempo si no se tratan correctamente, pueden llegar a no mostrar síntomas evidentes hasta que ya han causado un daño importante en la dentadura. No es necesario esperar a notar la retracción de las encías o que se empiecen a moverse las piezas dentales. Antes los primeros síntomas como enrojecimiento de las encías, sangrado durante el cepillado o mal aliento permanente, hay que acudir al servicio de periodoncia para revisar el estado de las encías.